Probablemente sean las piezas dentales a las que menos aprecio tenemos. Porque, o bien nos han dado guerra para erupcionar o bien nos la han dado para extraerlas.
Nos estamos refiriendo a las muelas del juicio, llamadas también los terceros molares. Y hoy queremos romper una lanza a su favor y contarte algo que quizás desconozcas, como por ejemplo, que estas muelas pueden salvarte la vida. ¿Por qué? Pues porque contienen células madre, tal y como vamos a desarrollar a continuación en este artículo.
¿Qué sabes de las muelas del juicio?
Las muelas del juicio, o terceros molares, son piezas dentales que comúnmente emergen entre los 16 y 25 años, aunque no todos los adultos llegan a tenerlas. Que surjan en esa edad es lo que les ha dado su nombre ya que se sobreentiende que, a esos años, las personas comienzan a ser un poco más maduras y tener más “juicio”.
En la práctica odontológica, son conocidas por sus complicaciones frecuentes, ya que su erupción puede ocasionar apiñamiento dental o causar dolor, lo que puede llevar a su extracción, especialmente si sufren caries. Esta última posibilidad es bastante común ya que su posición dificulta su limpieza, de ahí que terminen teniendo caries y haya que extraerlas.
Sin embargo, en la última década, el interés por estas muelas ha trascendido a su rol en la dentadura y a sus problemas asociados, ya que se ha descubierto que las muelas del juicio contienen un tipo especial de células madre. Este hallazgo ha abierto nuevas posibilidades en el ámbito de la medicina regenerativa y ha puesto en valor la importancia de conservar estas piezas dentales.
Las células madre de las muelas del juicio
Las células madre son células no especializadas capaces de dividirse en diversos tipos celulares. Y las muelas del juicio contienen esas células madre en su pulpa dental.
Estas células madre que contienen los terceros molares son de tipo mesenquimal, lo que significa que tienen la capacidad de transformarse en una variedad de tejidos, incluidos hueso, cartílago, músculo y tejido nervioso. Su potencial para generar diferentes tipos de células les permite ser utilizadas en tratamientos que requieren la regeneración o reparación de tejidos dañados, lo cual es de especial relevancia en el tratamiento de variadas enfermedades.
A diferencia de otras fuentes de células madre, como la médula ósea o el cordón umbilical, las muelas del juicio representan una opción de recolección mucho menos invasiva. Además, son fáciles de obtener, ya que su extracción es una práctica odontológica común y rutinaria. Este aspecto reduce significativamente los riesgos y las complicaciones asociadas con la obtención de células madre, facilitando su acceso y abriendo oportunidades de investigación y desarrollo en áreas que van desde la odontología hasta la medicina regenerativa.
Aplicaciones de las células madre de las muelas del juicio
El uso potencial de las células madre de las muelas del juicio se está explorando activamente en varios campos de la medicina. Estas aplicaciones incluyen la regeneración de tejido óseo, lo que es útil en casos de fracturas complicadas o condiciones como la osteoporosis.
También se investigan aplicaciones en la regeneración de tejido neuronal, lo cual ofrece esperanza para tratar enfermedades neurodegenerativas, como el Parkinson y el Alzheimer. Estas células madre también podrían emplearse en la regeneración de tejido cardíaco después de un infarto de miocardio, una enfermedad que afecta a millones de personas.
Además de estas aplicaciones en medicina regenerativa, el uso de células madre dentales ha mostrado resultados prometedores en la ingeniería de tejidos y en la bioimpresión. En este contexto, las células madre de las muelas del juicio son un recurso valioso, ya que permiten obtener células especializadas que no son rechazadas por el organismo receptor debido a su origen autólogo.
¿Conocías este dato sobre las muelas del juicio? El descubrimiento de células madre en estas muelas no solo es un avance para la odontología, sino también para la medicina en general. Estas células ofrecen la posibilidad de explorar tratamientos menos invasivos y más personalizados, basados en los propios recursos biológicos de los pacientes y pueden llegar a ser cruciales en los tratamientos de muchas enfermedades, incluido el cáncer. Por eso, a medida que la investigación avanza, la conservación y uso de las células madre dentales podría convertirse en una práctica común.